domingo, 23 de octubre de 2011

CacaCuloPedoPís.

Lygia Pape, "Espacio imantado".
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, C/ Santa Isabel, 52.

Ana Rodríguez Zárate.


Lygia Pape (1927-2004), perteneció al movimiento artístico del neoconcretismo, propio de Brasil, país originario de la artista. Éste se entiende bajo el movimiento concreto en el país, alrededor de la década de 1950. Los artistas envueltos en este movimiento defienden la libertad de experimentación y la vuelta a la subjetividad. Además se busca la participación dinámica del espectador, para así crear junto a él, la pieza artística completa.

En esta exposición, se busca la unión entre lo visual y lo poético. Pero también hay una posible obsesión por la temporalidad, con representaciones de los todos diferentes 365 días del año, por ejemplo. No necesariamente siguiendo una estructura fija o lineal, sino que el tiempo es eso: una sucesión de hechos imprevistos, que nacen dispuestos a ser el último.
La interactuación de los espectadores con la obra se consigue, ya no solo con la participación de obras como "Ballet neoconcreto", en el que se crea una coreografía con la obra, sino a través del sentido del gusto, por ejemplo que no acostumbramos a utilizar en exposiciones artísticas.
El elemento luminoso también tiene gran importancia en el conjunto. La luz, entendida desde mi punto de vista, como un ciclo también temporal. La luz como factor vitalicio, como concebidora de la vida; pero también como la incertudumbre ante la oscuridad, miedo a lo que vendrá después. Miedo a la noche o incluso a la muerte.
Tambien encuentro una contradicción entre la colectividad y el álter ego del individuo.
Cierto es que la unión del pueblo nos hace más fuertes, y que tenemos que contribuir a formar una piña entre nosotros, pues el ser humano es un ser social, nacido para vivir en sociedad, como muestra la pieza "Divisor". Pero a la vez, lo que vas aprendiendo con el paso del tiempo es que solo puedes confiar en tí mismo. Poco a poco, todo el mundo te irá decepcionando al darte cuenta de que no son como tú mismo querrías que fueran. Y esto se nos muestra en el vídeo en el que se practica la antropofagia, donde se traslada este concepto a su sentido más extremo. Se prefiere autodañarse, o autoasesinarse podríamos decir, antes que subsistir con una "sangre" a nuestro parecer de menor calidad. Eso en el caso de que de sangre se tratara, porque no nos podemos fiar de nada y podrían correr tres tipos de venenos hasta entonces desconocidos, por las venas de los otros. Y es que, el mundo es depravado y cruel, no es que nosotros tengamos aires de superioridad. Eso nunca.
En relación con el egoísmo individual, hay que destacar también el carácter erótico de algunas piezas. Y es que somos insaciables, y aunque no queramos reconocerlo, escondemos bajo nuestra personalidad a un Marqués de Sade reprimido.

Conjunto artístico dispuesto a no dejar indiferente ni a las vitrinas, consigue crear en el espectador un sentimiento de aturdimiento que no te deja ni encontrar la salida con total acierto, ni pensar con claridad el título de algún trabajo.

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