lunes, 10 de octubre de 2011

Paridad

Paridad
Categorías. El Matadero.
Jorge Perianes

Pablo Olmos Martiínez

El autor Jorge Perianes (Orense 1974) realiza una exposición en la sala el Matadero de Madrid en la que el juego de partida es acomodarse al espacio inicial de la sala; si el contexto hace a la obra el antiguo matadero municipal de Madrid dota a esta de una vibración particular ya que el autor invita a una reflexión sobre lo perecedero y su dicotomía.

En principio la obra parece poco sutil, plantea el espejo esceneográfico de la realidad con crudeza, permitiendo a los espectadores un contacto a través de ella. Esta realidad está simbolizada con una casa con desván y sótano. La simbología una vez más no es demasiado sutil, una reflexión activa entre la vida y la muerte; la rata del sótano y el búho del desván; la luz y la oscuridad ; el conocimiento y la ignorancia. En definitiva la paridad de todo concepto.

La búsqueda de lo genuino y autentico por parte del autor facilita la comprensión del espectador ya que el universo creado de escenificación es una casa, un tipo de casa propia del origen del autor o de su imaginación (nunca pisada por alguien como yo) que nos sumerge en esa niebla que es estar en medio de las cosas, como en una película en pausa.

Estar en medio de las cosas es la invitación de Jorge Perianes, ver, tocar,pisar, recolocar, respirar, poder existir arriba, abajo y en medio a través de algo tan flexible, ligero y efímero como es la madera.

Este viaje hacia la correspondencia Hermética del “como arriba es abajo, como es abajo es arriba” explica cierta conexión entre los fenómenos del ser por cuyo intermedio podemos descorrer los velos que ocultan lo desconocido de nuestra vida. Esta metáfora entre el mundo interno y como se manifiesta en lo externo es ciertamente interesante, reflejado en esa madera resquebrajada del suelo filtra la luz hacia el sótano y como ese principio de luz-conocimiento anima al esfuerzo y alimenta a la raíz que sustenta nuestro mundo exterior.

Se manifiesta esta relación con las plantas, como permite en un único plano observar toda una realidad vital de mundo interior, mundo exterior y velo en este caso la unión y separación de ambas realidades. En este suelo de madera aparecen socavones, pequeñas cuevas oscuras que no invitan a asomarse y que sugieren el mantenerse lo más alejado posible de ellas ya que crean un cierto desasosiego, a lo desconocido, a nuestros miedos más ancestrales.... La tristeza de los deshechos de madera que podemos encontrar en el sótano recuerdan a los fragmentos de los sueños rotos y quizá en la falta de pericia a la hora de construir nuestra propia escalera de Jacob que nos facilitara un camino directo hacia más 'arriba', para claro conocer nuestro más abajo.

En conclusión, la obra me ha dejado un grado de nostalgia y tristeza importante, quizá por la crueldad del autor a la hora de plasmar la esencia de la obra que en mi caso ha sugerido una reflexión sobre la fragilidad de nuestras realidades y la carcoma que lo cimienta. Por otro lado esa misma ligereza es un canto de esperanza y de ánimo.

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