domingo, 23 de octubre de 2011

Explorando sensaciones

“Espacio imantado” Lygia Pape.


Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

C/ Santa Isabel 52

Por Javier González Zaragoza.


Nos encontramos ante una restrospectiva de una figura clave en el desarrollo de movimientos como el neoconcretismo, aunque también es destacable el papel que juega en el impulso artístico del país del que procede, Brasil, en una época en la que se produce un proceso de modernización del mismo.


La exposición refleja esa compleja evolución del trabajo de la artista en el que especial interés merecen las influencias que ha recibido a lo largo de su trayectoria.

Comenzando con sus primeros pasos como miembro del Grupo Frente podemos ver una serie de pinturas abstractas, los tecelares, que recuerdan a las realizadas en la primera mitad del siglo XX por los suprematistas rusos, con la destacable figura del artista Kasimir Malevich e inluenciadas por los pensamientos del grupo De Stijl.

Estas pinturas nos trasladan a un mundo sensorial, sin mensaje claro, en donde las formas geométricas tienen todo el protagonismo.

Tan firme es este “mensaje” que la artista realizará más adelante obras como Rueda de Placeres, donde abre el horizonte del color y lo amplia desde lo visual a lo gustativo, teniendo cada color una experiencia sensorial diferente.

Otro trabajo desarrollado en base a la teoría del no-objeto es la del Ballet Neoconcreto, plasmando esas formas geométricas del los tecelares en algo tridimensional, donde se produce movimiento, con la misma esencia, pero demostrando un carácter diferente, en el que la figura geométrica adquiere el protagonista del bailarín. Es interesante ese acercamiento y esa humanización que se produce en esta obra con la transformación de las figuras tan industriales, técnicas y cortantes.




El trabajo de Lygia Pape cada vez se vuelve más conceptual, recordando en gran termino a la forma de ver el arte de Duchamp. No solo busca mera técnica, su trabajo evoluciona y observamos ingeniosos paralelismos como el del artista, creador del mundo. Realiza también críticas sobre la sociedad y la vida política como en sus trabajos “Caixa de baratas” que se podría interpretar como una simbolización de la putrefacción de sociedad y del arte, quizás. Este tipo de obras han tenido un discurso parecido en artistas actuales como Damien Hirst, con sus famosos animales en formaldehído.


La artista practicará el ámbito del videoarte. Dentro de sus trabajos encontramos uno, “Ovos” en el que un individuo sale de un cubo, como si saliese de ese mundo que le envuelve, pudiendo ver la belleza exterior y liberándose de las cadenas que le mantienen dentro de lo que podría ser la caverna que nos cuenta el filósofo Platón.


Pero su trabajo no acaba aquí, ella no solo realiza obras de carácter individual, sino que también hace obras donde puede participar la sociedad, donde cada persona que hace una obra forma parte de ella, como ocurre en “Divisor”, donde comprobamos que la masa de tela que hay esta formada por varias personas, en la que cada una forma parte de un todo, el mundo.


El trasfondo de la obra de Lygia, es bastante útil para reflexionar, en el que se nota una clara evolución, que en realidad podría ser su visión del mundo.

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