lunes, 24 de octubre de 2011

Cuarta Planta

Lygia Pape. Espacio Imantado por Lygia Pape

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

C/ Santa Isabel, 52. (Madrid)

SILVIA SERRANO SÁNCHEZ


La exposición de la artista brasileña Lygia Pape titulada Lygia Pape. Espacio imantado no te deja indiferente. Pinturas, relieves, xilografías, performance (a través de vídeos y fotografías), carteles de películas y esculturas, se fusionan creando un espacio único.

Piezas interesantes y de mucha originalidad se mezclan, desde mi punto de vista, con otras que rozan el extremo de lo grotesco (como por ejemplo, las cucarachas caramelizadas), pero que, aún así, no dejan de sorprender y captan tu atención de una forma bastante curiosa.

Es una exposición muy dinámica que rompe con la monotonía, debido a la mezcla de artes, así que resulta entretenida y en ningún momento llega a ser pesada, además, para más dinamismo hay obras como los Ballets Neoconcretos en la que el espectador puede interactuar con la pieza, contemplándola y moviéndose a su alrededor, dando así lugar a una improvisada escenografía.

Pero además de la escultura de los Ballets Neoconcretos, otra que me llamó enormemente la atención fue una de sus Ttéias, compuesta por una serie de hilos metálicos dispuestos del techo al suelo y que se cruzan entre sí. Sin duda alguna, una de las obras más sorprendente de todo el conjunto, corrías las cortinas negras y de pronto te sumergías en un universo lóbrego y silencioso iluminado únicamente por unas tenues luces que daban fuerza y brillo a los hilos de metal, era como adentrarse en el lugar más relajante del mundo, pero que a la vez estaba envuelto en un halo de misterio.

Otra sala que me pareció verdaderamente extraordinaria y a la que volví, una vez finalizada mi visita, fue a la que contenía cuadros con juegos geométricos, presidida por una gran composición de cuadros en blanco y naranja que creaban un efecto visual muy llamativo cargado de originalidad.

Pero si tuviese que quedarme con alguna obra de la exposición, sin ninguna duda, me quedaría con el Libro de la creación, pieza increíble y muy sorprendente compuesta por trescientos sesenta y cinco cuadros, que representan cada uno, un día del año. Al entrar en la sala que contiene esta pieza, una explosión de color inunda tu retina y por un instante tus ojos no saben donde posar la mirada, intentas abarcar de un solo vistazo esos trescientos sesenta y cinco cuadros llenos de colores vivos y de formas geométricas distintas, pero después decides contemplarlos uno por uno, llegando a la conclusión de que no hay nada más asombroso que la contemplación del conjunto entero, pasando de cuadro a cuadro aleatoriamente. Es una de esas obras en las que aceptas que el todo, es más que la suma de sus partes.

En definitiva, creo que merece la pena acercarse al Museo Reina Sofía para deleitarse con la muestra de arte concreto que nos ha dejado una gran artista brasileña como lo fue Lygia Pape.

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