domingo, 23 de octubre de 2011

Espacios de goces.

Lygia Pape
Espacio Imantado.Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. C/ Santa Isabel, 52.


ZUZANNA MLOTEK

Los últimos cinco meses, han sido los meses de la residencia de Lygia Pape y su Espacio Imantado en el Museo de Arte Reina Sofía. La exposición de carácter retrospectivo muestra todo el ancho de la creación de esta artista multidisciplinaria. El recorrido monográfico nos lleva desde los primeras experimentaciones con el arte concreto, hasta las ultimas piezas del neoconcretismo ya maduro, a través de 250 obras de diferentes tipologías, como pintura, relieve, xilografía, performans, fotografía, videoart, cartelería y colage. No se puede dejar desapercibida la voluntad reivindicativa de la muestra, del arte contemporáneo brasileño tan transcendental en su momento, bastante inadvertido y no apreciado en esté lado del océano.

La diversidad de las obras y sus técnicas, impide o más bien, hace muy complicado comentar la exposición en su sentido común. Igual que, debido a su gran extensión espacial y temporal, no facilita la orientación . Pero, lo que está claro desde principio del paseo neoconcreto entre las pinturas geométricas, xilografías 'Tecelares' y las instalaciones 'Ttéies', que es un paseo muy sensacional. El paseo de los goces de los sentidos, donde nos enfrentamos con lo puramente estético, lo sexual, lo político y sobre todo lo poético, donde nosotros, los espectadores, cumplimos cierta función y participación. En el comentario, que hace la comisaria de la exposición, Teresa Velázquez, dice que: “el hilo conductor es el poema, el libro; el poema transciende su condición semántica, y de alguna manera se transmite al cuerpo y el sujeto”. El libro como elemento común, bajo las diferentes formas. Nos encontramos con visualizaciones estéticas, o poéticas de los conceptos abstractos. Como en el “Libro del Tiempo” compuesto de 365 unidades, colocadas de manera discontinua a lo largo de la pared, traducen el tiempo a su manera pictórica, que normalmente “es una noción sin referencia, una idea que tiene un montón de palabras para no referirse a ningún objeto concreto”*.

El carácter transversal de la exposición sumado al laberinto espacial de las salas de Reina Sofía, puede provocar dificultades a la hora de ver la continuidad y  para la compresión en su complejidad. Además, para muchos espectadores, siendo ya acostumbrados al arte abstracto y representaciones geométricas tan comunes en nuestro alrededor, el arte neoconcreto puede resultar simplemente obvio, hasta tendencioso. Por la falta de contextualización y poco esfuerzo para ubicarlo en circunstancias temporales determinadas,el público  lo desaprecia.


Saliendo y haber visto la 'aglomeración' cronológica de las piezas, teniendo en cabeza el caos de círculos, cuadrados, lineas y colores, lo que queda seguramente, es una experiencia estética muy fuerte - un goce de los sentidos. Es lo que nos permite acercarnos más tranquilamente a la obra de Lygia Pape. Buscar, leer y investigar más, para entender mejor su creación impresionante, lejos de la muchedumbre multifamiliar y turística, bastante ensordecedor. El factor del museo, al que ya estamos, evidentemente, acostumbrados - la multitud de gente entre multitud de obras, la cola al servicio interminable. Pero fuera del cinismo y a parte de suaves mareos, la exposición deja el buen sabor, conmueve todos los sentidos, constituye un testimonio digno de la creación de la artista brasileña, tan poco conocida en Europa.


*Jesús Camarero, Prologo de Georges Perec: Especies de espacios, Montesinos, Madrid, 2007. 

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