lunes, 24 de octubre de 2011

Genius at work

Lygia Pape. Espacio Imantado

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

C/ Santa Isabel, 52. (Madrid)


Raquel Álvarez Gómez



“Escenografía poética”. Esto es lo que uno piensa cuando intenta sacar una conclusión válida de la información extraída de lo visto al irrumpir en una exposición artística tan polifacética como es la de la autora Lygia Pape.

Lygia Pape, artista brasileña,(1927) está reconocida dentro del llamado Arte Concreto y del Neoconcentrismo, movimientos artísticos muy significativos en Brasil. Ahora, por suerte, se nos presenta la primera exposición monográfica en Europa dedicada a la artista.

Argumenta con cada una de sus obras perfectamente lo que espera que el espectador extraiga y trabaje también por sí mismo. Se basa mucho en la experimentación sensorial, a través de los sentidos entendemos. Y en todo momento intenta que el espectador participe e interactúe con la obra como pasa, por ejemplo, con los recipientes llenos de líquidos, como acuarelas de colores que ves en el suelo. En la exposición podemos apreciar cerca de doscientas cincuenta obras entre todas las diferentes intensidades que trabaja Pape.

La artista resalta el proceso de realización con multitud de obras de carácter geométrico y una especie de juegos matemáticos, cuadros en 3D, grabados en madera… La evocación de ésta forma de tratamiento de la obra hace que el espectador tenga gran curiosidad en observar cada detalle al milímetro.

Apreciamos el uso profundo del lenguaje contemporáneo, la autora brasileña nos muestra con imágenes y películas; la crudeza de una realidad de la sociedad, una verdad de la humanidad que mediante films cinematográficos nos transmite avidez y también veracidad .

La movilización de las masas; intentando explicar el cómo puedes influir en la multitud mediante el individuo, ya que para llegar a formarse un río es necesario partir de una gota de agua.

Uno de los aspectos que más llaman la atención es el surgimiento y la forma de la luz a través de diferentes hilos metalizados y transparentes. Cuando te pones a admirar y a rodear estos hilos contemplas cambios de tesituras de luminosidad en un espacio bastante oscuro y uno no puede evitar dejar llevarse por el espíritu poético de trasfondo que la autora pretendía proporcionar.

No es sólo contemplación, es sensación y pura vivacidad; algo similar pasa en otra de las salas dónde personas van apareciendo y desapareciendo entre cilindros; aquí apreciamos también la obra de arte no sólo como obra en sí, sino como elemento poetizante. La artista tiene de antemano una idea preconcebida de lo que quiere expresar y lo deja claro.

Perturbación, impresión, intriga, aprensión e incluso a veces repulsión, curiosidad, perplejidad… son algunas de las impresiones que podemos concluir de esta fantástica exposición que no deja indiferente a nadie. El espectador tiene un compromiso de interactuar, observar y comprender el mensaje que se intenta transmitir y es casi inherente a él ya que sin darte cuenta te has metido dentro y no puedes sino dejarte llevar por la originalidad de éste estilo, pues ésta forma de arte crece frente al espectador, lo atrae con cada una de sus piezas y, finalmente, lo mimetiza con la obra.

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