lunes, 10 de octubre de 2011

Un espacio vacío cargado de contenido.

Jorge Perianes.

Categorías.

En Abierto x Obras, Matadero, Plaza de Legazpi 8, Madrid.

Por Andrea Domínguez Ocampos.

En el tradicional matadero de Legazpi, convertido en un gran centro creativo contemporáneo, encontramos una instalación de Jorge Perianes que no deja indiferente a nadie que se acerque a curiosear por allí. Incluso para quienes no hayan oído hablar jamás de este artista o no son grandes entendidos del arte actual, la obra Catergorías consigue que todos nos animemos a investigar, observar, indagar entre las maderas tiradas por los suelos, además de querer subir a la parte superior y experimentar lo que se siente sobre un suelo inestable.

Y es este el principal propósito del autor: permitir que el visitante interactúe con la obra, como el mismo Perianes dice en una entrevista, que dialogue y reflexione con el espacio.

Muy hábilmente, crea dos espacios de lo que inicialmente era sólo uno, haciendo una especie de paralelismo. La parte de abajo se podría comparar con un sótano repleto de materiales sin utilizar o en proceso de ser utilizados y con un techo adornado con raíces de plantas; la parte de arriba correspondería con un desván, envejecido e inestable, donde parecen brotar , o morir, unas pequeñas y frágiles plantas.

De la primera parte, podemos sacar una conclusión. Todos los elementos tienen cierta relación con la vida en su estado pleno o con el nacimiento de ésta: un suelo firme y capaz de resistir todo, trozos de madera que pueden utilizarse para construir, o las raíces de las plantas, que simbolizan ese nacimiento de una vida.

De la segunda, sacamos el concepto opuesto a lo vivo gracias a dos elementos destacados: el suelo, inestable y ruidoso, como símbolo de una vida desgastada y próxima a acabar, o las frágiles plantas que intentan sobrevivir entre esa madera seca.

Pero entre los dos elementos opuestos, encontramos unos elementos-puente que los unen y que son percibidos al posicionarnos arriba o abajo en la instalación. Esos elementos son los agujeros creados en el suelo de madera de la planta de arriba. Una posible interpretación de por qué Perianes hace estos agujeros al suelo es la de que vida y muerte se conectan por un lado, por el recuerdo, cuando miras desde arriba hacia abajo, es decir, mirar hacia un tiempo en el que brotaba vida, y por otro lado, por el miedo, en el caso de mirar de abajo hacia arriba, que nos produce pensar a lo largo de nuestra vida en el final de esta.

Esa mención a la vida y a la muerte está directamente relacionada con el lugar donde se encuentra la obra: una cámara frigorífica donde se guardaban los animales que se sacrificaban en el antiguo matadero.

Además de este choque de contrarios, se producen otros como por ejemplo, el de los conceptos calidez y frialdad, o luz y oscuridad.

En resumen, la nueva obra de Jorge Perianes sorprende y mucho. Es increíble como el autor utiliza materiales tan simples para transmitir unos conceptos tan complejos y filosóficos, apartándose de lo colorido y recargado que caracterizaban obras anteriores del artista gallego.

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