lunes, 24 de octubre de 2011

El otro lado de la mente

Lygia Pape, Espacio imantado

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

C/ Santa Isabel, 52

Por Manuel Álvaro Mora

Un poema visual y sensorial es lo que transmite Lygia Pape (1927–2004) a través del arte y sus diferentes formas y manifestaciones. Una artista que surge del Concretismo brasileño y que evoluciona a lo largo de su vida hacia un Neoconcretismo mucho más experimental. Fue una artista polifacética que utilizó todo lo que tenía a su alcance para intentar transmitir y enseñar ese significado del arte como forma de vida.

La disposición de la obra expuesta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hace un recorrido por las diferentes etapas creadoras de la artista brasileña. Espacio imantado es, si se puede llamar así, un recorrido biográfico de la vida de la autora a través de su obra artística. Se crea un espacio subjetivo en el que el visitante pasa a ser parte de un conjunto, creando una nebulosa de dudas y dejándose llevar por un torrente de imágenes, sonidos, videos, colores, tamaños y formas que crean un de estado de shock permanente en quien experimenta los diferentes recursos artísticos. El recorrido comienza con sus primeros trabajos en el Grupo Frente formado en Río de Janeiro. Esta primera parte de la exposición muestra una serie de composiciones geométricas que juegan los colores y los vectores y las luces y sombras que estos forman. También encontramos los Tecelares, grabados en madera que continúan con este juego de contrastes entre texturas. En general todo lo recogido en la exposición es una gran visión de la vida y sus diferentes formas aplicadas a este canon geométrico y lineal que representan el Concretismo y el Neoconcretismo y que se entiende como una de sus principales características.

Probablemente lo que más impacta al visitante son los Ttéias, estas construcciones de cables por las que se cuela e introduce la luz creando un juego visual que cambia a cada paso que das, dando la sensación de estar viendo, según avanzas alrededor de la obra, un constante movimiento de formas y de contrastes. En los Ballets Neoconcretos, que Lygia Pape creo junto con el poeta Reynaldo Jardim y el bailarín Gilberto Motta, también se produce una unión entre obra y visitante, ya que la función principal de este espacio es que la persona que se encuentre en el interactúe y se mueva por todo el “escenario”.

Si se llega a una conclusión al acabar este viaje de psicodelia, es que Lygia Pape tenía una visión y un concepto del espacio y el tiempo que pocas personas son capaces de descubrir. Podría calificarse a Lygia Pape, si se me permite la expresión, como una “Jimi Hendrix” del arte. No es necesario comprender su arte, simplemente observar y dejarse llevar. Crear poesía es fácil pero transmitirla no lo es, al fin y al cabo la poesía es una concepción personal del mundo. Como dijo Pape “to see something, it only needs to exist. Everything is there, ready to be revealed”, lo único que hemos de hacer es esperar a que ese algo, o alguien, nos muestre el camino hacia esa nueva realidad no tan lejana.

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