miércoles, 12 de octubre de 2011

Las dos caras de la casa.

Jorge Perianes

Categorías, Abierto X Obras
Matadero de Madrid, Paseo de la Chopera 14

por Elena Cuesta Martinez

En estos, podemos acercarnos a Legazpi y entrar a uno de esos míticos edificios de obligatoria visita en Madrid, El Matadero. El centro nos presenta Categorías, obra del artista Jorge Perianes, dentro del espacio Abierto X Obras.

Manteniendo ese interés por el concepto de casa, patente en la mayoría de sus obras, Perianes experimenta esta vez en un espacio condicionado, en el que proyecta un nuevo elemento: la duplicidad. Restringido por este ambiente de indiscutible carácter y partiendo de la belleza de sus tejados y paredes, pintadas con hielo y fuego, el artista nos propone una obra dimensional estratégicamente compuesta como un ático y un sótano. Así, se contempla desde un plano diferente la relación entre el arte y el lugar.

Nos adentramos en una construcción doble que nos presenta la idea de categorías contrapuestas y complementarias. La primera impresión del espectador es el sobrecogimiento. Penetramos en un área oscura y misteriosa surcada por luces sugerentes que nos trasportan en varias direcciones, tanto estéticas y sensibles como filosóficas. Ya con un primer vistazo, nos encontramos frente a una dualidad donde el visitante ha de elegir entre el techo o el suelo, entre, quizás, un mundo ideal platónico, y uno terrenal. Si se elige el primero, subimos hacia los tejados y se nos permite deleitarnos con la belleza de los muros y las luces y reflejos de la cámara, pudiendo experimentar ese vacío pulido y roto por preconcebidos huecos y delicadas plantas. Si sin embargo decidimos seguir al frente, vemos un área llena de construcciones caóticasdelimitadas por un suelo cuadriculado y un techo surcado de raíces y huecos por donde entra la luz de la superficie.

La obra de Perianes tiene ese trasfondo psicológico que le caracteriza, y me gusta la idea de un edificio abierto que permite al espectador construir su propia interpretación ya que la obra comienza a cobrar vida a medida que nos vamos adentrando en ella. Como Perianes mencionó en la entrevista con Javier Díaz Guardiola, la obra va surgiendo poco a poco a través de su construcción y a través de las interpretaciones posteriores que tanto el propio artista como el público le van dando. Es una obra que no está concebida con una finalidad conceptual hermética y se abre a la interpretación subjetiva del espectador. Gracias a esta abertura artística me atrevo a decir que su obra me recuerda a la división humana entre lo apolíneo y lo dionisiaco, la belleza y la fealdad, la construcción y la ruina, el mundo terrenal y el ideal. Cada zona, artificiosamente trabajada, muestra esa idea dual de la belleza: en contraposición con lo áspero de los muros, nos encontramos con una madera pulida y artificiosa; frente a la condición de cámara frigorífica nos encontramos con el paso del fuego; frente a la planta, la raíz; frente al hueco oscuro, la luz; frente al desorden, el orden y la minuciosidad.

Una vez más Jorge Perianes se reinterpreta como artista y nos presenta esta obra de conceptos antagónicos, de la cual quiero destacar el trabajo de luces y sombras de gran belleza estéticaligándolo a esa profunda frase de Gaston Bachelard “El conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta alguna sombra”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario