Subiendo por los acristalados ascensores del Museo Nacional Reina Sofía, llegamos a la exposición “Espacio Imantado” de Lygia Pape. Esta artista brasileña plasma en esta obra la evolución que sufre Brasil durante los años 50.De la mano de la modernización de este país de América del Sur, va la obra de Lygia Pape.
Pape, a aparte de ir junto a esta evolución del país, también está muy comprometida con el medio ambiente y esto lo representará a lo largo de toda su obra. Los grupos Ruptura y Frente en Sao Paulo sentarán las bases del arte concreto mientras que en el ámbito internacional el expresionismo abstracto tiene más fuerza. Lygia Pape, miembro del Grupo Frente, será clave en la transformación del arte brasileño y contribuirá determinantemente en los principios básicos del neoconcretismo, basado en una síntesis entre lo visual y lo poético.
Centrándonos en la exposición de Pape, combina un amplio registro fotográfico con cuatro lienzos, elementos escultóricos, apoyo audiovisual y un ready made basado en un circulo formado por cuencos llenos de agua con colorante alimenticio que invita a tomar de ellos. Todos los elementos que aparecen en la obra cuentan con un soporte audiovisual que explica el proceso de creación, muestra el entorno de Pape y nos acompaña con un sonido psicodélico propio de los años 50.
Los apartados o momentos más significativos de la obra, a mi parecer, son esos motivos escultóricos, polícromos que colocados en una inmensa pared blanca, simbolizan los 365 días del año, cada día con un motivo único y distinto a los demás pues cada día es diferente al resto. Otro elemento que llama la atención nada más verlo es ese entramado de cuerdas con esa luz incidente desde el techo, en esa sala oscura donde te sumerges en una especie de trance provocado por la fuerza q crea el ambiente, haciendo q esas cuerdas sean como un enlace entre el mundo terrenal y algo superior; haciendo que nos inclinemos y miremos a través de las cuerdas hacia la luz para ver que hay allí arriba. En oposición a la magia creada por esas dos salas, Lygia Pape nos adentra en una un poco menos ortodoxa, en la que un video nos produce una sensación desagradable, pues en él podemos ver el plano de la boca de un hombre (hay que señalar que con un poblado bigote) , chupa un objeto esférico durante un largo período de tiempo a la vez que por su boca sale humo; y tras ese hombre, una mujer hace lo propio con un objeto alargado con forma fálica. Esta sala, junto con una vitrina llena de cucarachas pegadas, forman el contrapunto a sus grandes fotografías.
En definitiva, la obra general de Pape “Espacio Imantado” que fue una renovación en el concretismo y determinante para el neoconcretimos , nos atrae como su propio nombre indica, pero tiene esos puntos anti-estéticos que para mi gusto, hacen ver q todo progreso y cambio tiene sus partes desagradables.
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