Resulta al menos intrigante la muestra Categorías del artista Jorge Perianes (Orense, 1974). Perianes inició su trayectoria artística en el terreno de la pintura pero fue acercándose paulatinamente a la tridimensionalidad, algo que podemos observar en Categorías. La muestra es un site specific ubicado en El Matadero, cuya función anterior era albergar una cámara frigorífica; se trata de una instalación en la que se hace presente el concepto del arte “vivo”, un arte que integra literalmente al espectador. Aunque la intención inicial del artista no haya sido dividir la pieza en un sótano y un desván – como él mismo afirma en una entrevista reciente – los condicionantes del lugar lo llevaron a ello. Resulta especialmente interesante el carácter escenográfico de la muestra, es divertido participar en este juego que Perianes crea con la dualidad y los opuestos. En la parte de abajo tenemos los tablones de madera colocados de cualquier manera y que nos dan una sensación de caos absoluto, de una estructura que no llegó a ser terminada, o que fue destruida tras su construcción. Pero…¿Qué hay arriba? ¿Me arriesgo a subir o me limito a verlo desde abajo? Aunque sepamos que en el desván reina la inestabilidad – y que casi nos arrepintamos de haber subido nada más escuchar los primeros crujidos de la escalera - la curiosidad nos llena por completo. La iluminación artificial y la visión de un techo imponente que conserva las marcas del incendio son elementos que contribuyen a la creación de un efecto entre intimista e inquietante, como si la pieza se tratara realmente de una casa en ruinas, donde los únicos elementos paseudonaturalistas (ya que, al fin y al cabo, son artificiales) que podemos encontrar sean las flores que invaden las grietas.
La pieza nos hace plantearnos distintas cuestiones siguiendo el mismo juego de los dos extremos de una misma casa, las dos caras de una misma moneda, luz y tinieblas en un mismo espacio: La vida como realidad caótica y la muerte como realidad inevitable, lo que las cosas son en origen y lo que vemos de ellas, lo que algo fue, y lo que llegará a ser. Las raíces aparentes de las flores cuelgan en este espacio vacío entre el sótano y el desván, entre el caos del día a día y el refugio – aunque muchas veces inestable - del pensamiento, de esta iluminación intelectual a la que se llega pisando trastos y desprendiéndose de lo que no sirve.
Se puede observar una evolución en la obra del artista gallego, un deseo continuo de reinventarse en sus técnicas. Perianes experimenta en el terreno de la pintura, de la escultura y de la arquitectura, pasa del colorismo de A mi la luz me da sueño (2009) hasta la falta de cualquier color u ornamentación en los elementos que componen Categorías. Estos cambios nos hablan de un artista polifacético, que se atreve a aventurarse en distintos terrenos pero que no deja que se pierda de vista el carácter narrativo que es consustancial a la esencia de sus obras.
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