domingo, 23 de octubre de 2011

Magnetismo neoconcreto

Magnetismo neoconcreto

“Espacio imantado” Lygia Pape.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
C/ Santa Isabel 52

AROA LOZANO MARTIN


Aunque tras la presentación de Lygia Pape en la bienal del 2009 en Venecia, cinco años después de su muerte fuese evidente la fuerza del arte brasileño de los años cincuenta y sesenta a manos de artistas comoHelio Oiticica o Lygia Clark, anteriormente pocos la habían tomado en serio como una artista relevante para el siglo XX.

Desde la difusión del Manifiesto Neoconcreto en Rio de Janeiro en 1959 donde participaron artistas del Grupo Frente, en el cual participaba Lygia Pape,uno de los nombres de referencia del arte contemporáneo brasileño,con su arte sensorial y participativo nos llega la idea de la concepción del arte como ventana ante puerta que se cierra, como la vuelta al inicio, cuando se construía el lenguaje artístico.

Esta idea se ve reflejada en la exposición póstuma de Lygia Pape en el Museo Reina Sofía, donde podemos observar una exposición monográfica, un conjunto de obras que nos muestra la variedad de la vanguardia, unida por el hilo conductor de la poesía, el ballet, la performance, el cine , la pintura o el libro, el espacio imantado, elemento vertebrador de cada obra.
Desde sus primeras obras dentro del Grupo Frente, con trabajos que contribuyeron a la formación de los principios neoconcretos y haciendo una ligera pausa en sus obras de carácter sensorial en grupo, su producción cinematográfica como innovación en su cojnunto, aunque llegó a convertirse en algo fundamental que le permitió sintetizar en su última etapa lo visual y lo poético, como el espacio imantado creado entre sus Tecelares, obras realizadas mediante la xilografía y sus Ttéias.

Podemos observar una graduación marcada desde sus primeros lienzos con abstracción de tendencia orgánica, como podemos ver en sus Desenhos, que nos evocan a los grabados nipones, pasando por sus pinturas poco difundidas, donde el fondo destaca frente a la forma y sus relieves donde la relación se ve influída por la repetición y la colaboración con el espectador.

Además de esto podemos observar alrededor de 250 obras, entre pinturas, relieves, xilografías y acciones performativas, mostradas a través de objetos, vídeos y fotografías, así como una abundante producción cinematográfica, carteles de películas, poemas, collages y documentos.

Lygia Pape además hace una crítica en sus cajas para cucarachas y cajas para hormigas al arte de los museos y a la condición marginal de la población brasileña.

Entre sus obras de experiencia colectiva encontramos Divisor, una obra cinematográfica que consiste en la unión de una multitud de personas unidas bajo una sábana agujereada, con sus cabezas asomando, llamando a la movilidad colectiva .

En cuanto a las obras pertenecientes a su principio sensorial podemos encontrar su Rueda de los placeres, en la que podemos encontrar cuencos servidos de agua con colorantes alimenticios dispuestos en círculo, donde el espectador podía serirse unas gotas en la lengua tiñéndola de color.

Entre sus Ttéias encontramos filamentos de colores unidos desde el suelo al techo o bien a las paredes, iluminados de forma sensorial, donde el espectador también forma parte de la obra, al igual que en su obra ballet neoconcreto, creada en colaboración con Gilberto Motta y Reynaldo Jardim.

Entre sus colecciones videográficas podemos encontrar dos matices, el matíz indígena, donde nos muestran imágenes de nativos indígenas brasileños, sus costumbres , etc.. ambientado con sonidos propios del lugar y combinado con imágenes de carteles cinematográficos como Ganca Zumba, Rei Dos Palmares o Mandacaru Vermelho, poniendo en evidencia la lucha por la supervivencia de los nativos y por otro lado el matíz sensorial, el debate entre Gula o Lujuria, donde utilizando imágenes sobran las palabras.

En definitiva, la exposición monográfica ofrecida nos muestra una graduación de temática, valores, materiales, etc.. presentes en la vanguardia, deja presente su colaboración en el Grupo Frente con la participación del Concretismo Carioca, donde experimenta un lenguaje geométrico, pasando después al Neoconcretismo, movimiento que necesita de la cooperación del espectador para generar arte y vida, en busca de un arte preciso pero imbricado en las emociones, en la poesía y en la sensualidad, con fórmulas consideradas antitéticas por el pensamiento occidental.

Esto fue explicado en los noventa por sus palabras como:"Construir un universo propio que resulte de una tarea insana de vuelos poéticos, de murmullos de locura e invención, este es el único destino del arte. Cabe a los poetas la confianza".

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