POR DESGRACIA SE LLAMA
ARTE
My Ross Island/Ribbons. Nico Munuera,
doble exposición, Galería Max Estrella y La Caja Negra.
Alejandro Gallego
Mola
Se acabó lo que se daba, acabamos
de encontrar en el arte abstracto un nuevo arte, un arte que por supuesto, se
encuentra al alcance de la mayoría, no es más que un arte al que le faltan
todas y cada una de las letras para considerarse ARTE, ¿Por qué se encuentra al
alcance de todos? La respuesta es bien sencilla, porque cualquiera por un módico
precio es capaz de comprarse un lienzo, unos pinceles, una paleta y unos óleos,
¿Con solo esto podemos hacer arte? Por supuesto, lo único que tenemos que hacer
es garabatear, ensuciar y emborronar el lienzo, poner nuestra firma, darle un
título con un toque sutil y glamuroso, y por último redactar un discurso
enrevesado que por un oido me entra y por otro me sale, en el que explicaremos nuestra
más que imposible visión de la obra y nuestra perfecta ejecución de las maravillosas
pinceladas, que a mi juicio, parecen querer escapar del lienzo pues se sienten
abochornadas por formar parte de dicho “arte” y sobre todo por sentirse esclavas de un señor, el cual se
considera artista.
El arte ha muerto, el arte ha
dejado de ser bello, al típico pero débil detalle al que se recurre es al
avance del arte, ya no se debe hablar de avance porque en realidad nunca lo
hubo, no hay que engañarse, uno debe abrir los ojos y no buscarle cinco pies al
gato, mirar a la abstracción, es no mirar a nada, es mirar a un vacío el cual
no transmite ni la más remota de las pasiones, lo único que puede llegar a
transmitir es el engaño, un engaño que ciega al observador seducido por la
mentira. A lo único que se dedican hoy
los farsantes del arte, es a imitar un arte el cual no saben que está en
decadencia, y que no tiene, o mejor dicho no debe tener ninguna salida salvo la
hoguera.
Nico Munuera, autor de las
exposiciones Ribbons y My Ross Island, es otro presunto artista que cae presa
de su propia ignorancia y engaño que son mostrados en sus pinturas, las cuales
expresan en mi opinión las lágrimas del arte camufladas por tonos cálidos los
cuales nos sugieren algo, algo indescifrable, algo que no tiene nada que
sugerir. Según Munuera, calma, paz, ártico, mejor engaño ¿no?, es el engaño a
uno mismo y no a los demás, pues uno desea ser artista, aflorar su interior en
un intento por conseguir un don, que no es más que un don innato, no se
encuentra al arte, el arte te encuentra a ti.
Deberíamos hacer uso de nuestra
razón e intentar comprender dicho “arte”, más, en mi situación, lo lamento,
sigo considerándolo como el más grave de los insultos que le han hecho al
verdadero arte, un arte que ha encontrado la plenitud de su vida desde el arte
antiguo hasta las vanguardias, donde posteriormente a ellas, después de pender
de un hilo, burló a la muerte y se marchitó.
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