miércoles, 5 de octubre de 2011

¡Aquí falta alma!

Nico Munuera.

" Ribbons" en Galería La Caja Negra, C/Fernando VI, 17 2º Izq., Madrid.

" My Ross Island" en Galería Max Estrella, C/Santo Tomé, 6, Madrid.

Por: Andrea Domínguez Ocampos.

Tan escondida como un tesoro bajo el mar se encuentra la primera de las dos exposiciones de Nico Munuera que se pueden visitar estos días en Madrid, "Ribbons".

Al llegar al portal del edificio donde se ubica la galería La Caja Negra tienes la sensación de comenzar a entrar en tu propia casa y esperas eso mismo, encontrar en el interior un lugar íntimo y acogedor. Y así es. Una vez que estás en la galería te sientes como en casa: una serie de cuadros adornan las paredes sin ningún fin específico salvo el decorativo.

Sin despreciar el trabajo cromático que Munuera lleva a cabo en esta serie de cuadros compuestos por un sin fin de rayas de distintas tonalidades y colores mezclados, sí hay que destacar la carencia de significado de las obras. Sólo podríamos deducir algo: el movimiento no lo dan las líneas trazadas, lo da esa mezcla de tonalidades creada a partir de un estudio del color por parte de Munuera.

Es un trabajo meramente estético, sin intención de transmitir algún tipo de idea a quienes lo observan.

Por otro lado, no muy lejos de la galería La Caja Negra, se encuentra la serie de cuadros " My Ross Island" expuestos al público en la galería Max Estrella.

Esta vez, entrar en la galería resulta mucho más esperanzador, aunque no deja de parecer un arte plano y carente de significado.

En esta exposición, Nico Munuera se inspira para pintar sus obras en las antiguas expediciones llevadas a cabo en el Polo Norte. Pintura blanca y un reducido juego de colores muy vivos son los únicos elementos que componen los cuadros de toda la exposición. A simple vista ningún cuadro parece distinto a otro pero, sabiendo en qué está inspirada la colección, se puede deducir que esa monotonía que sientes cuando pasas por cada pintura y esa sensación de vacío que experimenta tu mente cuando observas el color blanco puro, es la misma sensación de la persona que llega al Polo Norte y mira a su alrededor.

Aún así, esta exposición posee la misma característica relevante que la exposición anterior: lo estético de la creación. Ambas son series pictóricas creadas con el simple fin de decorar, además de obtener un beneficio económico.

Es agradable saber que hay personas que se dedican al arte y que pueden vivir de ello sin necesidad de dedicarse a nada más que a crear sus obras, pero lo es menos que el arte pierda ese toque de humanidad, por muy abstracta que pueda ser la composición de la pintura, que es el responsable de su perdurabilidad en el tiempo y en la mente de quien lo observa y puede reflexionar sobre ello.

Lamento no encontrar un significado de las obras que vaya más allá de lo estético, excepto esa pequeña alusión al Polo Norte; no encontrar ese alma que una obra de arte posee salvo esa especie de espíritu que merodea entre las paredes de ambas galerías: el espíritu del poderoso caballero don Dinero.

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