miércoles, 5 de octubre de 2011

UN PASO EN FALSO

“My Ross Island”

Galería Max Estrella

Calle Santo Tomé, 6 Madrid

“Ribbons”

La Caja Negra

Calle Fernando VI, 17 2º Izq.

JIMENA GIRÁLDEZ VELASCO

Nico Munuera (Lorca, 1974) presenta en Madrid al mismo tiempo dos exposiciones totalmente opuestas en su imagen final, Ribbons en la Galería La Caja Negra y My Ross Island en la Galería Max Estrella. Cuando se presentan dos proyectos a la vez, corres el riesgo de que el público compare, sobre todo si las dos no están a más de dos calles de distancia, y más si las ves las dos la misma mañana. Normalmente una de ellas sale ganando (aunque solo sea por la comparación), pero no se da el caso.

My Ross Island es un proyecto rompedor en la trayectoria de Munuera. Acostumbrado pintar obras con un gesto contenido y una composición estática, en las presentes en esta exposición se libera, el gesto fluye. Se puede interpretar como un principio de liberación en busca de una expresividad gestual, pero habrá que esperar a ver cómo se desarrolla su obra. Si la exposición de la galería Max Estrella supone un paso adelante en su trayectoria, Ribbons supone dos pasos hacia atrás. Es una exposición sin hilo conductor; más allá de la exploración de las gamas cromáticas casi transparentes no hay nada. Se produce una reiteración que hace perder el interés, aburre. Todo ello se culmina con un video, aún más tedioso. Lo más interesante son los croquis del artista que nos muestran la complejidad de la composición de una obra y de la organización de la exposición. Aunque son lo más atrayente, no salva el conjunto. En ninguna de las obras consigue hacer palpable el espacio, la profundidad. Son simplemente estudios de gamas cromáticas muy bien conseguidas técnicamente, pero esto no es ninguna novedad en Munuera. Sus obras anteriores sí que conseguían un efecto espacial, el color fluía y era profundamente expresivo por sí mismo. En este caso el color pierde toda esa fuerza.

El color es lo único que tienen en común las dos exposiciones. Pero en el caso de My Ross Island, es el blanco el actor principal. Las obras técnicamente son impecables, como la delicadeza y las texturas que consigue con el color blanco. Pero cómo en el caso anterior, el conjunto cae en la reiteración. El mismo gesto está presente en la mayoría de las obras, y en las que no lo encontramos, son precisamente las que destacan, las más sugerentes.

Lo que no hace más que empeorar la percepción que se pueda tener de la exposición, es saber que esta es la segunda vez que Nico Munuera ,tras No Flags , utiliza un referente cómo base para desarrollar su obra. En otros trabajos, la propia expresión a través del color, de la luz y de la composición lo era todo, las obras no respondían a ningún referente y ganaban en expresividad. Resulta imposible encontrarlo.

Esperemos que estas obras sean el comienzo de una nueva etapa en la trayectoria de Nico Munuera. Una etapa más enérgica y gestual, en la que siga trabajando y evolucionando con el color, que ya domina, pero que parece que ha olvidado.

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