My Ross Island. Nico Munuera. Galería Max Estrella, c/ Santo Tomé 6.
Ribbons. Nico Munuera. Galería La Caja Negra, c/ Fernando VI, 17, 2º izquierda.
MARTA-ESTHER GÓMEZ GARCÍA
Nico Munuera está de enhorabuena. Dos galerías en Madrid acogen al mismo tiempo parte de su obra. Dos proyectos bien distintos. Uno cargado de pinceladas de color y otro donde predomina la ausencia de éstos o, visto de otro modo, la conjunción de todos en uno solo, el blanco.
En My Ross Island, tenemos una sucesión de cuadros similares entre sí donde apreciamos leves pinceladas de colores mezclados a trazos en un inmenso fondo blanco, como manchas que ensucian la pulcra base. Según ojeas en una mirada rápida las dimensiones de la galería tienes la sensación de que visto uno, vistos todos. La única variación notable entre los lienzos que componen esta colección es el tamaño. Tan pronto uno ocupa toda una pared a lo largo y ancho como otro puede caberte en el bolso sin mayor esfuerzo.
No solo no encuentras diferencias aparentes entre cuadro y cuadro, sino que puede llegar a costar trabajo diferenciar el cuadro de la pared, que con sus manchas de masilla de yeso, huellas de exposiciones anteriores, se asemejan al contenido de los propios cuadros. Como una ilusión óptica entre fondo y forma de unos ojos cegados entre tanto blanco.
Como argumento explicativo que sustenta el proyecto, se nos presenta como inspiración las expediciones al Polo Sur de Sir James Clark Ross. Queriendo recrear así un paisaje gélido, con suelos desquebrajados por surcos de color entre el blanco del hielo y la verdad es que eso Munuera lo consigue transmitir, porque en general la exposición te deja totalmente frío.
La segunda exposición, titulada Ribbons, tiene un discurso un tanto diferente. Aparca a un lado el blanco imperante, para usar los colores que dejó olvidados en la anterior galería. Estamos ante cuadros que juegan con una policromía hecha líneas, como columnas que se suceden dentro del papel. Más que un cuadro terminado parecen comprobaciones iniciales sobre el tipo de color del bote, como cuando un pintor de pared hace pruebas en la casa para que se elija el color que luego usará en toda la habitación. Munuera parece más un pintor de brocha gorda que de pincel. El uso de las gamas cromáticas como colores tipo y su disposición geométrica, me recuerdan más a la prueba de color que produce un tóner o impresora al uso cuando se le efectúa una calibración que a la mano de un artista. En cualquier caso, interpretaciones al margen, la obra de este pintor no es nada que no estemos hartos de ver en la sección de decoración del Ikea. Por lo que, de quedarnos con alguno para nuestra propia casa, no nos fijaríamos en el significado mas allá de lo visual, ni en la composición ni en la técnica. Lo único que creo que tendríamos en cuenta sería el color de nuestro sofá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario