La galería, de arte contemporáneo, Raquel Ponce inicia su temporada con la reivindicativa exposición: BlockHouse. Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia un breve recorrido de algunas obras del asturiano Avelino Sala quien presenta como pieza destacable una barricada, formada por 500 libros lacados, en negro, además de otras piezas como acuarelas, gouches, representando situaciones belicosas e individuos anónimos, encapuchados o en posición de ataque, entre otros elementos. Con la intención de realzar una libertad absoluta fundamentada en la cultura y el arte desde donde el individuo puede defenderse y luchar contra la represión, buscando o encontrando las preguntas o respuestas que cada contexto social conlleva.
La muestra se encuadra en los primeros años en los que España ingresa en la Unión Europea cuando acontecen, debido a las políticas neoliberales europeas de regulación del mercado entre los países miembros, los conflictos navales de los astilleros de Gijón que culminan consiguiendo los derechos exigidos por los trabajadores y arrojando así la esperanza por conseguir mantener los derechos que actualmente están siendo recortados por los gobiernos y que el movimiento 15M promueve defender.
Avelino Sala sustituye los negros neumáticos, que mantenemos en nuestro imaginario, recordando las trincheras de los conflictos navales en Asturias, de finales de los años ochenta y noventa, por los libros lacados en negro que protegiendo al espectador éste puede observar el graffiti “atrévete a saber” escrito en latín, es decir, no tengas miedo a la cultura, sumérgete en ella porque en ella encontrarás la defensa y el ataque contundente a la opresión.
Quizá por ello algunas de las escenas en acuarela, belicosas, como alusión al ataque que el revolucionario puede padecer, también, un modo de defensa para este mismo individuo ante la manipulación mediática que en este momento el periódico El País representaría al actual gobierno de España, junto a una representación de un mítico tirachinas con el cual los niños de hace un tiempo utilizaban en sus pequeñas guerrillas, arma individual, fácil de construir y manejar y que puede hacer mucho daño al igual que la manipulación de la información lanzada por el periódico que representa al partido de los trabajadores.
Encontramos el arte callejero, no por ello dejando de tener razocinio, representado con un spray sobre una pila de unos pocos libros ante un gouche en el que aparece un individuo de aspecto violento tapando su rostro para mantener el anonimato junto a un graffitti que se puede leer como ”la violencia no es lo difícil”, de nuevo Avelino parece lazarnos otro mensaje encriptado: no sucumbas a la violencia, recordando al movimiento 15M quien proclama una revolución pero pacífica.
No como la conducta de los individuos que aparecen al comienzo del recorrido de la muestra, en las paredes sobre papel, frente a una pequeña figura sobre una pila de libros, éste personaje aunque parece pequeño e inofensivo está respaldado por la sabiduría, su base y fundamento es la cultura, el arma de cada persona anónima, de esas personas anónimas por las que están formadas las masas a quienes les debemos la conquista de los derechos civiles y qué duda cabe que despiertan la preocupación y la desconfianza, por ello, los soldados representados sobre papel en posición de ataque hacia la pequeña figura.
Por lo que es una muestra con un claro llamamiento a la revolución pacífica, en momento de crisis, aunque en un tono bastante violento, que da cabida a múltiples interpretaciones pero con una clara asociación: las revueltas de los astilleros navarros en relación con el movimiento 15M, movimiento de masas a quien individuo a individuo parece dirigirse Avelino aunque, paradójicamente, sin utilizar ningún medio visual de masas.
Elena Sierra Sánchez
Avelino Sala. BlockHouse
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