miércoles, 28 de septiembre de 2011

"BUSCANDO A...Wally"


"Sanctuary". La Fábrica.

Calle Alameda 9, 28014 Madrid

Juan José García Rodríguez

Así se nos muestran los exteriores del estudio Cinecittá en las afueras de Roma, como si el paso de un huracán se hubiera llevado de allí el esplendor de tiempos pasados, como si nos encontráramos los restos de un grupo de nómadas, algo que estuvo habitado, donde hubo vida, donde detrás de esos escenarios se escondían toda una serie de hechos ficticios y no tan ficticios, donde se repetían una y otra vez los efectos especiales y donde se escuchaban las carcajadas de los actores y las lágrimas emotivas de un despido. Como si en ese estudio se hiciera una síntesis de la vida real de un actor con la vida que le ha tocado representar en su papel; cada uno con sus problemas y circunstancias junto al director, la mente creadora, y todo un conjunto de cámaras dispuestas a reflejar lo que ahí está ocurriendo.

Pero, qué ha pasado, solo vemos fotografías en blanco y negro, dónde se han metido. Ya no están, solo quedan las amargas calles, patios, edificios, escondrijos, ruinas, soledad, lo que fue y ahora no es.

Cuando cruzas las puertas de la galería “La Fábrica” da la sensación de estar metido en una de sus fotografías, estar dentro del vacio, de la nada, pues, se mire por donde se mire, no se encontraba algún detalle curioso que despertara la atención; una serie de imágenes que evocaban lo mismo una tras otra. Cuando llegas a la primera pasas rápidamente a la segunda por si en la tercera encuentras a alguien escondido por esos escenarios, o por si surge algo llamativo que hace que tu interior se muestre satisfecho por haber descubierto un hallazgo importante en su obra y comprendas más aún lo que Gregory Crewson quiere mostrar en sus fotos; quizás nos equivoquemos buscando y buscando algo que ni siquiera él mismo ha querido reflejar en sus instantáneas; quizás no quiera mostrar nada, solo captar unos momentos en los que hubo mucho movimiento y que ahora solo lo que se encuentra es el paso del tiempo.

La verdad es que si nos acercamos a la galería un poco espesos o adormilados, es mucho mejor que hagas primero algo interesante que abra tu mente para dejar suelta a la imaginación, pues no encontraremos nada interesante, algo que suscite grandes emociones, situaciones caóticas o simplemente armónicas, ni ninguna colisión entre dos coches, ni ningún incendio, ni un suicidio o un nacimiento, ni tiroteos, ni una escena de amor y pasión.

Solo encontraras una sucesión de fotos en blanco y negro en las que palparás lo que es capaz de hacer el paso del tiempo en un entorno que se ha venido abajo. Ya solo quedan los recuerdos. Ya no hay nada más que ruina, ruina, ruina y más ruina. Los ecos de las palabras de los actores, los cámaras, los de vestuario y maquillaje, el director, el sonido de tres dos uno, ¡acción¡, se quedan escondidas entre las paredes pues allí por mucho que quieras no encontrará nada.

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