domingo, 25 de septiembre de 2011

Un arma llamada sabiduría

Valeria Belenky



La exposición llevada a cabo por Avelino Sala titulada Blockhouse, sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia, tiene como idea principal la lucha entre el conocimiento y el poder, basándose en la inversión cultural como uno de los pilares fundamentales para poder atravesar la crisis actual.

En cada sala utiliza diversos elementos para captar nuestra atención, es decir, no se centra únicamente en las láminas, sino que las complementa.


Adentrándonos en la galería podemos percibir un ambiente de tensión y violencia social, incluso los colores utilizados expresan temor y frustración ante las fuerzas del orden. Ello se aprecia en la primera sala al representar a un pequeño manifestante, cuyas armas son el conocimiento y el saber, enfrentado contra el máximo poder, las autoridades que no le permiten ser libre. La diferencia de poder entre ambas es evidente, ya que el autor personifica al conocimiento de un modo diminuto en comparación con la autoridad que ocupa un espacio bastante mayor. Con ello quiere hacernos ver como la fuerza domina frente a la sabiduría, algo bastante paradójico teniendo en cuenta que gracias al conocimiento podemos alcanzar una mayor capacidad de visión en el mundo.

En la misma sala hallamos otro espacio de resistencia en el que otra vez los protagonistas son los libros, pero en esta ocasión lo complementa con una pintada escrita en latín que dice no cedo ante nadie. La utilización de esta lengua a través de un medio tan agresivo refleja un cierto contraste cumpliendo su finalidad: llamar nuestra atención. Expresa una reivindicación contra los poderes establecidos, es decir, es un espacio de protección en el que la libertad y la sabiduría van unidos de la mano.


Todas estas ideas están ligadas a un tema en particular, los astilleros de Gijón. La cuestión en sí lleva consigo un importante trasfondo, teniendo en cuenta la situación social, política y económica que se vivía en aquellos momentos, así como los motivos que desembocaron en dicho conflicto. El autor lo simplifica con dos grúas paralizadas, expresando la falta de oportunidades otorgadas a los trabajadores por la disminución de carga suficiente de trabajo, que da como resultado un incremento en las tasas de desempleo.



Todo ello se integra con la siguiente sala que nos proporciona las ideas clave para concluir.

El autor nos obliga a relacionar las laminas, insistiendo de una mayor manera en el tema, plasmando como ellos luchan por sus ideales, sirviéndose de defensa del uso de un tirachinas, siendo absurdo si tenemos en cuenta que van a luchar frente a las fuerzas que gozan de absoluto poder. Sin embargo, ellos no tienen ningún tipo de opción, salvo manifestarse, tal y como vemos en la tercera y última sala, en la que en signo de protesta queman neumáticos estando sus rostros ocultos.

De esta manera concluye la exposición, con tres elementos esenciales que resumen lo que el artista ha querido transmitir a lo largo de ella: la sabiduría como fuente para rebelarse contra lo ya establecido.

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