domingo, 25 de septiembre de 2011

… APILAR LOS LIBROS Y EMPEZAR A LUCHAR

AVELINO SALA. Blockhouse. Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia. Galería Raquel Ponce. C/Alameda, 5 Madrid.

Por Ana Fernández Sánchez.

¿Que por qué tengo agujetas en las piernas? Porque fui el otro día a ver la exposición de Avelino Sala. Y qué iba a hacer, si es que en un principio parecía una exposición difícil.

Después de subir y bajar unas tres veces las escaleras de la galería, empecé a ver la luz, gracias a Dios que diría alguno. Pero aunque ese es el esperado resultado de quién va a ver una exposición (enterarse de algo y sacar conclusiones) no siempre el primer “vistazo” parece esperanzador. El mío se traduce más o menos en lo siguiente:

- ¡Qué horror!, ¿Qué es ésto? No entiendo nada, me quiero ir de aquí…

Según entré en el edificio, me dieron ganas de salir de él… Cantidad de libros amontonados en el suelo, hombres armados en contraste con acuarelas de apariencia pacífica y armoniosa, frases en latín (que, a pesar de haberlo estudiado no tenía ni “pajolera idea” de lo que significa…)

Ahora bien, recordemos que no nos podemos fiar de las apariencias, y mucho menos de las apariencias del arte contemporáneo. Así que, ahí va un consejo aplicable a futuras exposiciones:

Cuando tu primer pensamiento al pisar una galería sea de rechazo y ganas de salir “pitando” confía en el autor, no pierdas la calma, detente en cada obra e intenta ir más allá de la mera presentación de sus obras. Intenta buscarle un sentido a todo esto, aunque ahora veas tan negro el encontrárselo como la pila de libros que tienes enfrente. Y de pilas quería yo hablar porque, el creador de estas obras emplea constantemente la acumulación de libros. Un ejemplo es la representación de lo que podría ser una especie de trinchera, la cual, puede tener dos interpretaciones; una es que, utilizamos lo que menos nos importa para protegernos de los ataques, es decir, el arte, la cultura en general. Que los “golpes” se los lleve la cultura que a mi no me duele. La otra interpretación que se me ocurre es que, puede que Avelino Sala nos esté mandando un mensaje de lucha, de lucha mediante la cultura, como otra de las obras que expone, que nos muestra lo increíble que resulta que un hombre, siendo poseedor de uno de los mayores tesoros que existen (la cultura) se sienta tan pequeño e indefenso ante hombres uniformados que lo único que portan son armas. Recorro el resto de la exposición y encuentro una serie de cuadros que detrás de la sencillez y aparente tranquilidad que muestran, como puede ser unas tuercas o un atardecer y dos grúas, me transmiten una sensación incómoda, a la vez que parecen querer adormecerme. Todo lo contrario me transmiten los tres siguientes cuadros, y es que, la quema indiscreta de neumáticos no parece ser muy pacífica. Y con esa doble sensación, con ese contraste dado por el color negro (que incita a la violencia) y el color cálido del atardecer, salgo de la galería reflexionando, empezando a pensar que… debería apilar los libros y empezar a luchar.

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