miércoles, 28 de septiembre de 2011

TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A ROMA

SANCTUARY

Galería La Fabrica

Calle Alameda, 9 Madrid

JIMENA GIRÁLDEZ VELASCO

Las fotografías de Gregory Crewdson (Brooklyn, 1962) siempre han estado un paso más cerca de las producciones cinematográficas que de la fotografía documental. Con esta serie, Sanctuary, de doce imágenes que se exponen (de cuarenta y una que componen la serie total), en la que fotografía los antiguos estudios Cinnecittaà en Roma, aparca temporalmente las superproducciones épicas que caracterizan su obra.

Tras haber concluido Beneath the Roses , veinte panorámicas que exploran los inquietantes dramas del día a día de los suburbios americanos a través de fotografías compuestas como escenas teatrales en localizaciones reales, Crewdson se trasladó a Roma durante seis semanas para realizar este proyecto que puede parecer antagónico al resto de su trayectoria, pero que no lo es tanto. Es cierto que técnicamente abandona el color por el blanco y negro, con lo que consigue dotar a las imágenes de una atmósfera cargada de melancolía. Y que tampoco hay personas en los encuadres, tan sólo los míticos espacios de grabación. También ha abandonado todo el artificio de sus anteriores trabajos (las fotografías no se han retocado prácticamente y no utiliza luz artificial), con la intención de acercarse a la fotografía documental. La luz natural es la que compone y dota a la imagen de toda la potencia expresiva. Los propios espacios ya tienen la dualidad de ficción y naturaleza, que para el artista tanto importa. La naturaleza es la protagonista junto con el paso del tiempo y la desidia.

Pero el trasfondo psicológico propio de toda su obra se mantiene. Crewdson, hijo de un psiquiatra, que solía escuchar las sesiones de su padre e imaginar que ocurría en el piso de abajo, busca expresar su punto de vista del mundo a través de su obra. Con esta serie se aleja aparentemente de los temas, que caracterizan al ser humano contemporáneo, que suele intentar transmitir, como la angustias, los temores, la tristeza, la soledad… Pero al contrario, cada una de las imágenes de la exposición se acerca de una manera más natural a estos. Pero el tema más recurrente en todas las imágenes es la fragilidad. La fragilidad que aparece cuando muestra esas perspectivas que normalmente no vemos, las estructuras escondidas que sostienen las fachadas que aparecen en pantalla. Cuando se descubre lo que realmente soporta a lo visible, aparece la verdadera esencia del ser humano contemporáneo.

El artista en sus trabajos anteriores escogía un tema ordinario y lo convertía en artificial, en cinematográfico; pero con este proyecto es al contrario, lo artificial lo convierte en ordinario. Pero hay algo irónico, habiendo montado durante años unas producciones inmensas en esos barrios de los suburbios americanos, que conocemos porque aparecen en las pantallas de los cine o de la televisión (o para que nos vamos a engañar, en las pantallas de nuestros ordenadores) y que idealizamos hasta llegar a creer en nuestra propia vulgaridad y la que nos rodea, en busca de los dramas ocultos, los encuentre precisamente en unos estudios cinematográficos abandonados, dónde los sueños se hacen realidad.

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