Avelino Sala
“BlockHouse. Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia”.
Galería Raquel Ponce. C/ Alameda 5
MOGARRA CERVERA, JUAN ANTONIO.
BlockHouse toma la idea de búnker para proponer un arma intelectual y un cierto atisbo de esperanza ante la crisis en la que estamos sumergidos. Una instalación escultórica compuesta por una barricada de más de 500 libros lacados en negro, es el eje y metáfora central de una exposición que refleja nuestro presente más inmediato y cercano. Un momento de violencia, tensión, luchas callejeras…
Una serie de acuarelas y gouaches completan la exposición que, en la galería Raquel Ponce, se ha organizado en tres espacios.
La totalidad de la obra nos revela el punto de vista de de Avelino Sala (Gijón 1972) empapada de un fuerte carácter político-social.
Desde el primer momento el artista se posiciona ante a panorama que nos toca vivir. En su propio retrato se presenta como un activista. Incluso en el pañuelo que lleva en el cuello nos da a conocer sus inquietudes filosófico-económicas, las cuales forman parte del poso interpretativo de sus obras.
El resto de personajes que observamos, al igual que el autor, llevan las caras tapadas, son anónimos protagonistas del presente que el artista convierte en pequeñas figuras heroicas (recordándonos a David contra Goliat) de la lucha contra el poder.
En cuanto al análisis global de las obras que se exponen, nos presentan un campo de batalla urbano, a primera vista, de fuerzas desigualmente distribuidas. Las acuarelas y los gouaches (de gran factura) nos muestran los instantes de lucha y tensión que vive la sociedad actual, no sólo en los astilleros asturianos, lo que era el propósito original del autor, sino en coincidencia con el movimiento 15M o las manifestaciones de los docentes de los últimos días y la represión que han generado.
Uno de los montajes que más sorprende lo constituye una barrera realizada con libros lacados en un negro brillante. Bien podría aludir a un búnker defensivo de la cultura frente a los ataques de esos guerreros oscuros comandados por los agentes político gubernamentales que pretenden socavar las reivindicaciones de la población.
Esta cultura es un espacio de defensa pero también actúa como frente de ataque (estos libros podrían emplearse como arma arrojadiza metafórica y literalmente) cuando las personas adquieran conciencia de sus derechos (recordando las tesis Marxistas).
A esto nos azuza la sentencia graffiteada tras el muro sapere aude, atrévete a saber, porque teniendo el valor podrás enfrentarte, pequeña figurilla, contra grandes fuerzas de este tiempo, como también sucedió en el pasado, en la alusión a las armaduras medievales.
En un espacio intermedio el artista ofrece bellos motivos florales en contraposición a la violencia de las acciones de los activistas.
En otro de los espacios de la galería, nos presenta las armas del ejercicio reivindicativo de los trabajadores de los astilleros en relación con sus propias armas/herramientas de trabajo; la cultura (el libro de nuevo), la más potente de las armas y el spray, en su relación con el arte marginal reivindicativo, en doble sentido ya que lo enlaza de nuevo con la cultura al escribir las sentencias en latín.
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