Avelino Sala. Blockhouse: Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia. c/ Alameda, 5, Madrid.
ELENA ZACCAGNINI CATÓN
Eso es exactamente lo que nos pide Avelino Sala, a partir de su exposición -Blockhouse: Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia-: un poco de cultura para sobrevivir a lo que se nos viene encima. Su idea parte de la idea de un búnker, comprendido como un refugio cultural desde el cual podamos llegar a alcanzar una respuesta intelectual que consiga, quizá, llenarnos de esperanza frente al vacío que nos rodea.
El autor nos presenta el tema muy claramente a través de los diferentes espacios que ha dispuesto en la galería. Nada más entrar nos llama la atención la barricada construida con libros lacados en negro, sobre la cual está escrito en la pared a modo de graffiti reivindicativo: Sapere Aude! -en latín ‘¡atrévete a saber!’-. La idea de fundir ambos elementos en la composición es muy interesante, ya que cada uno procede de un entorno distinto. El latín es un idioma asociado a la universidad, a la iglesia, es el idioma que estaba vetado al pueblo; por el contrario, la barricada es un símbolo de protesta, una estructura construida con deshechos de la calle para la defensa del pueblo que se levanta contra los poderosos.
Sin embargo, para que el discurso de su obra no se vea afectado, Avelino Sala consigue sacar, de una manera magistral, ambos elementos de su ambiente: el latín aparece como un elemento que pertenece al pueblo, al escribirlo con spray en la pared a modo de graffiti. Y la barricada, convirtiéndola en lugar para los intelectuales, al construirla a base de libros, donde éstos encuentran la cultura y la esperanza de un mundo mejor.
Hoy, a raíz de los problemas que vivimos, crisis, vacío y, efectivamente, indolencia, es cuando una obra como la barricada de Avelino Sala posee más fuerza y energía, ahora que comienzan a emerger los movimientos de reacción. El autor se refiere a ella como: ‘‘una suerte de trinchera cultural desde la que debemos resistir’’ y podríamos decir que la concibe como un homenaje a la capacidad de resistencia de la cultura, el pensamiento y la racionalidad. Al crear esta obra, el autor se inspira en la novela de Ray Bradbury, Farenheit 451.
Al lado de ésta encontramos otra que presenta el mismo hilo argumental. Se trata de un pequeño hombre que, sobre una torre de libros, se enfrenta contra una serie de policías sin rostro. Esta obra refleja principios similares a los que ya fueron expuestos en la anterior: la cultura como única arma y defensa, y el ánimo a luchar por la defensa de tus ideales. Sin embargo, esta obra no posee la fuerza y energía que la anterior, al ser mucho más explícita. Al igual que las acuarelas, expuestas en los pisos inferiores, que no guardan nada de esa fuerza y energía que encontrábamos en la Barricada.
A partir de su obra, Avelino Sala nos insta a la reflexión y consigue transmitirnos el clarísimo mensaje que su obra grita a viva voz: ¡Atrévete a saber!.
ELENA ZACCAGNINI CATÓN
Eso es exactamente lo que nos pide Avelino Sala, a partir de su exposición -Blockhouse: Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia-: un poco de cultura para sobrevivir a lo que se nos viene encima. Su idea parte de la idea de un búnker, comprendido como un refugio cultural desde el cual podamos llegar a alcanzar una respuesta intelectual que consiga, quizá, llenarnos de esperanza frente al vacío que nos rodea.
El autor nos presenta el tema muy claramente a través de los diferentes espacios que ha dispuesto en la galería. Nada más entrar nos llama la atención la barricada construida con libros lacados en negro, sobre la cual está escrito en la pared a modo de graffiti reivindicativo: Sapere Aude! -en latín ‘¡atrévete a saber!’-. La idea de fundir ambos elementos en la composición es muy interesante, ya que cada uno procede de un entorno distinto. El latín es un idioma asociado a la universidad, a la iglesia, es el idioma que estaba vetado al pueblo; por el contrario, la barricada es un símbolo de protesta, una estructura construida con deshechos de la calle para la defensa del pueblo que se levanta contra los poderosos.
Sin embargo, para que el discurso de su obra no se vea afectado, Avelino Sala consigue sacar, de una manera magistral, ambos elementos de su ambiente: el latín aparece como un elemento que pertenece al pueblo, al escribirlo con spray en la pared a modo de graffiti. Y la barricada, convirtiéndola en lugar para los intelectuales, al construirla a base de libros, donde éstos encuentran la cultura y la esperanza de un mundo mejor.
Hoy, a raíz de los problemas que vivimos, crisis, vacío y, efectivamente, indolencia, es cuando una obra como la barricada de Avelino Sala posee más fuerza y energía, ahora que comienzan a emerger los movimientos de reacción. El autor se refiere a ella como: ‘‘una suerte de trinchera cultural desde la que debemos resistir’’ y podríamos decir que la concibe como un homenaje a la capacidad de resistencia de la cultura, el pensamiento y la racionalidad. Al crear esta obra, el autor se inspira en la novela de Ray Bradbury, Farenheit 451.
Al lado de ésta encontramos otra que presenta el mismo hilo argumental. Se trata de un pequeño hombre que, sobre una torre de libros, se enfrenta contra una serie de policías sin rostro. Esta obra refleja principios similares a los que ya fueron expuestos en la anterior: la cultura como única arma y defensa, y el ánimo a luchar por la defensa de tus ideales. Sin embargo, esta obra no posee la fuerza y energía que la anterior, al ser mucho más explícita. Al igual que las acuarelas, expuestas en los pisos inferiores, que no guardan nada de esa fuerza y energía que encontrábamos en la Barricada.
A partir de su obra, Avelino Sala nos insta a la reflexión y consigue transmitirnos el clarísimo mensaje que su obra grita a viva voz: ¡Atrévete a saber!.
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