lunes, 26 de septiembre de 2011

Pan y Circo

Avelino Sala

Blockhouse: Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia.”

Galería Raquel Ponce, c/ Alameda 5, Madrid.

Paz Castillo

“Yo preparé esta exposición mucho antes del 15-M y me sorprendió adelantarme a todo lo que luego pasó”, me comentaba Avelino Sala (Gijón, 1972) en una breve entrevista que tuve la oportunidad de hacerle. “Reflejo la realidad que hemos vivido familiares y amigos en los astilleros asturianos. Pretendo posicionarme ante nuestra realidad social, tanto en el mundo del arte como en el mundo general.” Artista multidisciplinar, habiendo completado su formación en Inglaterra, está vinculado a proyectos como Space UK, La Sublime (revista de la que es editor) y Commisión. Expone en la Galería Raquel Ponce coincidiendo con la apertura de Arte Madrid y Gallery Walk. Forma parte también de la plataforma Crear es Resistir, Resistir es Crear (en referencia al libro de Hessel), que apoya al movimiento del 15-M. Desde este colectivo artístico-profesional se pretende crear conciencia, debate y promover sus reivindicaciones.

Todos tenemos la capacidad para conmovernos y sentirnos afectados por la realidad que nos ha tocado vivir. Sin embargo, en este momento quizás no estemos siendo indolentes ante esta realidad, sino pragmáticos. Aun hoy seguimos siendo victimas de esa otra realidad que encubre la frase creada por el poeta romano Juvenal en el siglo I: “panis e circenses”. ¿Es posible distinguir el momento en que se puede correr el riesgo de pasar a formar parte de una “masa útil”?.

Cuando surgen movimientos de resistencia o de lucha contra un sistema o un poder político, no solo pretenden reflejar su identidad a través de una idiosincrasia más o menos novedosa sino también mediante una estética propia. Si bien ésta puede ser claramente identificable en un primer momento, luego tiende invariablemente a modificarse. Avelino Sala nos muestra en Blockhouse una ejemplo de cómo la imagen puede llegar a fagocitar el contenido. Visitando su exposición asistimos a escenas premonitorias del postrero 15-M, pero que también nos recuerdan inexorablemente muchos otros momentos y lugares: movimientos antiglobalización y antisistema, banlieues francesas, reconversiones industriales españolas y europeas entre otros.

Esta tendencia, que como vemos se remonta ya varias décadas, ha terminado por uniformizar a grupos de muy distinta procedencia, ideales y objetivos, invadiéndose y contaminándose entre si, englobándolos en una “masa útil” vacía de contenido a ojos de la sociedad, con el resultado de que lo de menos sea aquello que reivindican y que sólo permanezca en la retina la estética y la actitud de enfrentamiento contra las fuerzas policiales. Quizá valdría la pena reflexionar acerca del hecho que a lo largo de la historia hemos asistido a verdaderas revoluciones iniciadas por individuos que se apoyaban tan solo en sus convicciones morales y culturales, sin pose alguna, tan solitarias a veces como la figura que Avelino nos muestra, al estilo de Rosa Parks defendiendo sus derechos civiles.

De lo contrario, a ojos de los auténticos poderes fácticos siempre serán los habitantes de aquel Villar del Río que retrató García Berlanga en Bienvenido Mr.Marshall, unos castellanos disfrazados de faralaes. Así es, así ha sido y así será. Ya sabemos que el ferrocarril lo prometen siempre, pero también sabemos que nunca llega y que las fuerzas vivas pasan de largo.

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