domingo, 25 de septiembre de 2011

LA REBELIÓN DE LAS CONTRAPOSICIONES

Avelino Sala. Blockhouse. Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia. Galería Raquel Ponce. C/Alameda, 5 Madrid.

Por Edurne Ruiz Tens.

La Galería Raquel Ponce ha visto sus salas atrincheradas contra las llamadas fuerzas del orden público, un orden en el que el artista asturiano, Avelino Sala (Gijón, 1972) se enfrenta con 500 libros negros como muros de resistencia.

“BlockHouse. Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia” es la nueva exposición del artista que quiere transmitirnos la situación social de los astilleros en el puerto de Gijón. Pero, ¿lo consigue? A través de acuarelas, dibujos y libros amontonados el autor no solo nos habla de los trabajadores de Naval Gijón que llevan años luchando por los astilleros, sino que también veremos reflejadas las nuevas protestas sociales acontecidas bajo el 15-M y de forma más general, con las respuestas “anti-crisis” del mundo.

Con el rostro siempre oculto se convierte en protagonista anónimo que lucha contra aquellos que tratan de oprimirle. Como todas las revoluciones hasta la fecha, parece una lucha que decididamente se decantará por el que posea más fuerza.

El mismo Sala señala que “es una lucha metafórica”, los libros lacados en negro son un símbolo de que la resistencia debe ser cultural y no violenta. Las pintadas en la pared amenazan con frases en latín como “la fortuna favorece a los audaces” o, “no concedo nada”. Pero quizás la más significativa se encuentra en un lugar predominante de la exposición; cuando el espectador entra en la galería y encuentra un muro de libros bajo la frase “atrévete a saber”. De esta manera, viendo solo una secuencia de la obra sabemos qué insinúa el artista, e inmediatamente tomamos la postura del protestante encapuchado.

La otra secuencia nos muestra al propio artista enfrentado y desafiante a los numerosos antidisturbios, subido a una columna de libros y empequeñecido, como si la situación le superase pero con el valor de defender sus derechos. Así, y de una forma un tanto explícita representa al héroe y a las fuerzas del mal, como un discurso demasiado repetido pero que no deja de ser realidad.

En un tiempo de malestar social, se nos presenta la cultura y el saber como medios no ya de evasión, sino de lucha entre dos agentes inmersos en un mundo coloreado con delicadeza por la mano de Avelino Sala, que presenta su entorno como un mero decorado en el que transcurren las acciones. No pinta un lugar hostil ni oscuro, sino su propia tierra llena de matices y elementos bellos, que no tiene porqué corresponder con los tristes sucesos que se narran. De una manera bastante evidente –quizá demasiado- el significado de la exposición se contrapone con la sutileza de las acuarelas y los dibujos.

¿Puede la cultura ofrecer un nuevo orden de las cosas en la actualidad? El artista deja bastante claro que el conocimiento es la llave para una mejora en la sociedad. Deja el spray que tantas sentencias ha “grafiteado” en las paredes como si fuese otra forma de desafío o invitación a que el resto del mundo lo coja y siga su ejemplo.

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