miércoles, 28 de septiembre de 2011

Nostalgia

Gregory Crewdson, Sanctuary
Galería La Fábrica C/ Alameda, 9 Madrid
Por Laura Herrero García



En su primera exposición realizada fuera de Estados Unidos, Gregory Crewdson (Brooklyn, Nueva York 1962) se ha alejado de su obra anterior, caracterizada por su estética onírica e inquietante; como si hubiera sido sacada de una escena de la serie Twin Peaks de David Lynch. Este artista norteamericano es reconocido internacionalmente por sus imágenes de la conocida como la América Profunda, en ellas aparecen personas desesperadamente solitarias, paisajes y pueblos desolados con calles vacías y húmedas por la lluvia,…todo ello, determinado por una belleza surrealista que representa la alienación y la soledad a la que enfrenta el ser humano en su vida cotidiana. Algunas de sus más famosas obras son: Twilight (1998-2002) y Beneath the Roses (2003-2007)
En Sanctuary, su nueva exposición, Crewdson viaja hasta Italia, concretamente al estudio Cinecittà, a las afueras de Roma. La obra consta de una docena de fotografías digitales en blanco y negro, la primera serie realizada con esta técnica desde Hover (1996-1997). En ellas, no existe ninguna presencia humana, el paisaje urbano de los exteriores de este legendario estudio, devorado por la naturaleza a causa del desuso y el abandono, es el protagonista principal de la composición. Esta presencia de la naturaleza, cristalizada en algunos pocos árboles, hierbajos y charcos formados por la lluvia, acentúa el carácter de melancolía, ausencia y soledad de las imágenes.
En algunas fotografías podemos ver edificios con restos de andamiaje, como si hubieran sido abandonados en mitad de su construcción; en otras aparecen calles vacías inamovibles en un momento aislado. Las imágenes tienen un vacío narrativo, no observamos una escena corriente en la que haya personas realizando una acción o una ausencia de acción. Sin embargo, si percibimos una historia, o lo que es lo mismo, los ecos de ella. Los escenarios han sido abandonados por el hombre creando un microcosmos que permanecerá en un momento congelado en el tiempo.
La luz tenue de un día nublado otorga a la composición de una textura suave que produce una fuerte impresión de melancolía y tristeza. Aumentada por la sensación de ser espectador de un tiempo pasado y olvidado por el hombre. Parece que nosotros mismos hemos sido olvidados entre estas ruinas y estamos aislados de la civilización sin poder comunicarnos, estamos en un mundo paralelo sin posibilidad de abandonarlo.
En mi opinión, Gregory Crewdson ha creado una exposición contenida en su forma, pero capaz de una fuerte emoción. Las imágenes, mudas, nos dejan una profunda huella de abandono y aislamiento. En el escenario de un mundo que siempre gira, de una vida siempre variable en la que siempre hay un nuevo amanecer, Crewdson crea un universo olvidado en el que muestra la brevedad del momento y la futilidad de la creencia en la permanencia en el mundo. La exposición es un continuo recordatorio de la soledad del ser humano, que intenta vivir el momento pero siempre está pesando en el pasado e intentando regresar a un recuerdo que está distorsionado por las esperanzas de encontrar un hogar al que permanecer.

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